Libro: El mal
Autor: Francois Mauriac
Aunque corto, es extenso en pensamientos, largo en
reflexiones, meditaciones. Empieza si, lento, apaciguado, demasiado santurrón
si se le quiere ver así. Después va tomando forma, interés, densidad,
espesura filosófica, se convierte en un
laberinto, en cuartos dobles con tres salidas.
Tiene su calma, cuando Fabián Dezaymeries, protagonista de
la historia, conoce al amor. Es ahí cuando la historia vuelve a parecer simple,
agotadora, rutinaria.
Mauriac sabe llevar la historia a un buen final, a un final
que nadie espera, que incluso hace pensar que el autor se tomó un largo tiempo
para acabar su libro. Él mismo menciona en el prólogo que nunca quiso que se
publicara ésta obra. Quizás se refería a que el final no lo cuidó y enlazó al
resto de la historia como debía o quería. Pero nunca debe juzgarse a un libro
por el final, es como juzgar a un animal por su cola. O como juzgar una
mariposa por sus antenas y no por sus hermosas alas. Los libros deben juzgarse
justo en el preciso momento que nos hicieron volar. Se les debe fotografiar
justo en el momento del éxtasis, como a los deportistas.
Mauriac tiene un estilo exquisito, desmenuzador, detallista.
No por algo le otorgaron el nobel años después, enarbola el estilo.
El mal es un libro interesante, recomendable para los
católicos devotos que siguen torturándose. Despreocúpense, no habla del diablo
ni de asesinatos, el mal sigue teniendo como fuente principal lo que hay de
humano en el hombre: las pasiones.